27 de septiembre de 2013

Senderistas ubriqueños por el mundo: Mi particular Camino de Santiago, el Camino Primitivo por Asturias


Texto de Juan Manuel Román García
Fotos de Antonio Morales Benítez
Mi particular camino de Santiago comenzó el pasado 26 de julio, en El Pedregal (Asturias), donde me encontré con los que serían mis compañeros de viaje, José Luis Mora y nuestro paisano Antonio Morales. Una vez allí emprendimos el camino hasta la localidad de  Tineo, donde comencé a degustar los paisajes que nos acompañarían durante todo el trayecto, repleto de hitos y flechas que nos indicaban cual debería ser el camino. La primera explicación la recibí de José Luis Mora, que me dijo: "Esto es como cuando buscas espárragos, la primera vez no los ves pero a fuerza de educar la vista en la distancia y con un claro sentido de la orientación ahí están"...¡y así es! Después conocí a Jesús Jiménez y Maribel Parente, por este orden, nuestros compañeros de viaje más cercanos. Después Iñaki Uriarte, empresario y escritor y que nos sorprendió en esta última faceta, la verdad.

Llegados a Tineo, e instalado en su albergue municipal, nos fuimos a comer algo a Casa Miguel. Allí nos esperaba una sopita muy reconstituyente, un par de truchas a la navarra y un arroz con leche, todo ello regado con vino tinto y gaseosa, que nos supo a gloria. Posteriormente dimos un paseo por esta población hermanada con nuestra sevillana Las Cabezas de San Juan.

Nuestro primer plan se vendría al traste porque en el momento justo de salir no dio por preguntar al hospedero si la ruta de Hospitales, a pesar de su dureza, era tan interesante como decían algunos. Porque en un principio pensábamos llegar a Berducedo por la ruta más larga pero más operativa. Pero a fe que mereció la pena cambiar nuestro itinerario ya programado. Además, la llegada a Campiello sería apoteósica por conocer directamente a Herminia, tan denostada como alabada por unos y otros. Pero lo mejor es conocer a las personas y olvidarse de los prejuicios. Esta mujer trabajadora resultó ser un encanto. Nos ofreció lo mejor que tiene, aparte de su sonrisa, o sea: cama limpia, instalaciones muy dignas y precio justo; además de tener una impronta empresarial difícil de superar en esos parajes; no digo nada más: vayan y conózcanla. De la comida ni hablo, nos preparo una berza, con chorizo, morcilla, habichuelas, de primero, asadura en manteca de segundo, costillas de ternera en salsa de tercero y arroz con leche, vino de la tierra y chupito que no se lo salta un peregrino, todo ello por el módico precio de 8 €.

Pudimos ver y presenciar a lo largo del día una competición de bolos celtas, interesante y ancestral competición, que  se suelen practicar en toda Asturias y en la que tomaron parte unos paisanos de los alrededores de Campiello.

Atacamos Berducedo por Hospitales, la etapa reina, durísima, con los puertos de La Marta (1105 m) y El Palo (1146 m), donde pudimos apreciar la belleza del paisaje astur en todo su esplendor, con varios rebaños de asturcones incluidos. Dura, dura etapa de 31 Km. hasta llegar a Berducedo donde nos esperaban unas papas con huevo, filetes y ensalada que incluso nos vinieron grandes a algunos, ¡cómo serían!.

Desde Berducedo a Grandas de Salime, para mí, la etapa más bonita, a pesar de hacerla dura en los últimos kilómetros. El paisaje en el que pudimos ver fresas y huertos de berza por todos lados, pinos de repoblación, robles, castaños, parras, cerezos, todo un compendio de naturaleza en plena exuberancia. También la presa de Grandas, a la que Antonio Morales comparó con un fiordo noruego, y por último Grandas de Salime, magnífico pueblo a las puerta mismas de Lugo, adonde nos desplazamos en taxis, para pasar la noche y disfrutar de sus monumentales murallas y catedral, antes de volver a nuestro destino con las alforjas llenas de buenos deseos de volver.

El camino primitivo es el menos conocido pero desde ahora el más deseado para repetir, mis 91,2 km me han sabido a poco.

Decir, finalmente, que el Camino de Santiago Primitivo parte de Oviedo, concretamente de la catedral del Salvador, y llega hasta la localidad de Melide, donde conecta con el Camino Francés. Antes de llegar a Tineo son necesarias dos etapas, que en esta ocasión finalizaron en Cabruñana y Salas.






















































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