9 de diciembre de 2014

Senderistas ubriqueños por el mundo: Por el Valle del Genal, entre Benarrabá y Genalguacil

De izquierda a derecha, los pueblos de Jubrique, Genalguacil y Benarrabá (Málaga).

El pasado 22 de noviembre de 2014, un grupo de senderistas entre los que se encontraban los ubriqueños José Francisco Canto Valenzuela y Sebastián Hinojos Corrales, realizó una ruta por el Valle del Genal. Se trataba de unir los pueblos malagueños de Benarrabá y Genalguacil. Un paseo de hasta 10 kilómetros en ida y vuelta, uniendo estas dos localidades que se encuentran en vertientes opuestas del valle, por lo que es necesario cruzar el cauce del río Genal, que se pasa por un vado de piedra y hormigón. Una ruta con excelentes vistas de los montes que flanquean el río, destacando el gran macizo de Sierra Bermeja, y de los pueblos blancos que se asoman desde el entorno.
[Fotos: José Francisco Canto Valenzuela]












7 de diciembre de 2014

Los Llanos y la Sima del Republicano


Los Llanos del Republicano o Llanos de Villaluenga son un importante poljé en la zona central del parque natural de la Sierra de Grazalema, en el término municipal de Villaluenga del Rosario (Cádiz). Los poljés son amplias depresiones en mitad de los macizos kársticos, cerradas y de fondo relativamente plano, generalmente recorrido por algún arroyo que desagua en uno o varios sumideros, formando cuencas endorreicas, y estos llanos próximos a Villaluenga son uno de los magníficos ejemplos con que cuenta este parque natural.
La ruta comienza en el propio pueblo, en el aparcamiento junto a la piscina municipal, por un carril bien pavimentado que comienza a ascender, brindándonos buenas vistas del pueblo y la Sierra del Caíllo, en cuyas faldas se asienta. Llegamos al puerto de las Viñas, que se sitúa en la cabecera del Valle de Barría. En la bifurcación, tomamos el carril de la izquierda y, más adelante, encontraremos otra donde optaremos por la opción de la derecha. Atravesamos un denso encinar y poco después, de nuevo en bajada, avistaremos los Llanos. Se atraviesa una angarilla y continuamos, hasta llegar a otro cruce, donde giramos hacia la izquierda, dirigiéndonos de frente a los farallones calizos de la Sierra de Líbar, próxima ya al límite entre las provincias de Cádiz y Málaga. Frente a nosotros veremos la fuerte subida del Puerto del Correo, por donde continuaría la ruta en dirección a los Llanos de Líbar, el Valle del Guadiaro y la ciudad de Ronda. Pero nuestro objetivo está dentro del propio llano, en las faldas de la sierra. Seguimos bordeando las laderas hacia nuestra izquierda, en paralelo a un muro de piedra seca, por donde seguramente encontraremos vacas pastando. Iremos muy atentos para localizar la Sima del Republicano, también llamada del Cabo de Ronda o del Tiro de la Barra, en una amplia grieta entre las rocas. Esta sima es una de las tres entradas del Complejo del Republicano, por las que se sumen las aguas del arroyo de los Álamos. El complejo subterráneo presenta un desarrollo mayor a los 1.100 m y un desnivel de aproximadamente 270 m por debajo de la superficie. Los alrededores de la sima son un entorno perfecto para que disfrutemos de un merecido tentempié, antes de emprender el regreso, o continuar la ruta hacia otros puntos de la Sierra, como el Torcal de Cancha Bermeja. Nosotros optamos por la primera opción, desandando el camino recorrido.
El pasado mes de noviembre de 2014 hizo esta ruta el grupo formado por Esther Carrero Fernández, Ana García Leal, Pablo Pardal Redondo y Alejandro Pérez Ordóñez.
[Fotos: Alejandro Pérez Ordóñez]



























7 de noviembre de 2014

Ascensión a la Sierra de los Pinos desde Cortes de la Frontera

La Sierra de los Pinos, al fondo de esta vista tomada desde la zona de Fátima,
en Ubrique, con el vuelo de dos buitres leonados.
La Sierra de los Pinos (1395 m) es una de las cumbres más imponentes de las incluidas en el parque natural de la Sierra de Grazalema y próximas a la localidad de Ubrique. Se encuentra en el término municipal malagueño de Cortes de la Frontera y a ella se puede ascender desde varias rutas, aunque una de las más populares es la que comienza en este pueblo vecino, sendero que está parcialmente señalizado al inicio por coincidir su trazado con el que conduce a los Llanos de Líbar. El pasado 18 de octubre de 2014 ha realizado esta subida un grupo de senderistas formado por los ubriqueños Sebastián Hinojos Corrales, Manuel Jesús Castro Rodríguez y José Francisco Canto Valenzuela junto a varias personas procedentes de Arcos de la Frontera.
Las vistas desde esta cumbre son muy extensas, abarcando la Sierra de Líbar, los Llanos de Líbar y los del Republicano o de Villaluenga, parte del pueblo de Ubrique, los embalses de Los Hurones y Guadalcacín, el Peñón del Berrueco, la Sierra del Aljibe y buena parte del parque natural de Los Alcornocales, el Estrecho y el Peñón de Gibraltar, las costas de África, el valle del Guadiaro, Sierra Crestellina (Casares), Sierra Bermeja y el parque natural de la Sierra de las Nieves. Sin duda, el esfuerzo habrá merecido la pena al coronar la cima y disfrutar de esta amplia panorámica.
Las fotografías de esta entrada han sido realizadas por José Francisco Canto Valenzuela.









12 de octubre de 2014

El Cañón de las Buitreras


El Cañón de las Buitreras ha sido tallado en un núcleo de calizas por la potente acción erosiva del río Guadiaro, que al paso por esta zona se encajona entre paredes verticales de hasta 200 m de altura en algunos puntos. El lugar se encuentra entre los términos municipales de Cortes de la Frontera, Benalauría y Benarrabá, todos de la provincia de Málaga aunque muy cerca de Ubrique. Además, está en el límite del Parque Natural de Los Alcornocales, y constituye un espacio natural protegido con la figura de Monumento Natural.

El pasado sábado 4 de octubre de 2014 realizó la ruta por el Cañón de las Buitreras un grupo formado por 16 personas, procedentes de Cádiz, Arcos de la Frontera, Bornos, San Fernando y Ubrique. Los ubriqueños fueron: Manuel Jesús Castro Rodríguez, Vicente Rodríguez Hidalgo, Sebastián Hinojos Corrales, Ana Lucía Rojas Canto y José Francisco Canto Valenzuela, que es quien nos envía las fotografías grupales que ilustran esta entrada. El resto de imágenes son de Alejandro Pérez Ordóñez, que también ha "rescatado" el siguiente texto que redactó en 2007 sobre este espectacular paraje.



Texto: Alejandro Pérez Ordóñez
Fotos: José Francisco Canto Valenzuela y Alejandro Pérez Ordóñez
Habíamos quedado a las nueve de la mañana en la puerta de José Francisco. De allí salimos los dos coches, camino de El Colmenar. La carretera se adentra en lo profundo del alcornocal. En el punto de inicio de la ruta, debíamos quedarnos mientras los conductores bajaban con los coches hasta el pueblo. Allí se encontraron con Pablo y Ana. Unos no se conocían a los otros, pero la cita era inequívoca. "¿Sois los que vais a hacer la ruta de las Buitreras?" "Sí, sois los amigos de Álex, de Ubrique, ¿verdad?" Una vez arriba, me reencuentro con mi amigo "granadino" en un entorno insospechado, en "mi territorio".
Comenzamos la ruta. Llegamos al Puerto del Oso. Nos asomamos a un precipicio y contemplamos el profundo tajo del Cañón de las Buitreras, una impresionante grieta gigantesca que corta la montaña y permite el paso del río Guadiaro por sus profundas gargantas. Un paisaje de alucine, como para rodar "El Señor de los Anillos". Subidas, bajadas, senderos de cabras, jerguenales, lentiscales... El Puente de los Alemanes, que no es otra cosa que un acueducto que salva la garganta por un punto aún no demasiado elevado, pero ya bastante profundo. Las vistas son increíbles. Pasamos el cañón por arriba. Nos asomamos al borde de las rocas: vértigo. Las paredes verticales de hasta doscientos metros de caída nos impresionan. No se puede ver el fondo del cañón. Seguimos bordeando. Llegamos a la salida del túnel del tren. La vía continúa protegida por una fábrica de hormigón que la convierte prácticamente en un túnel al aire libre, cubierta para evitar la caída de rocas de los cortados, pero abierta al paisaje por una serie interminable de arcos. La fabulosa estructura exteriormente parece un gigantesco tren petrificado. En un punto, tenemos que descender hacia el río. Nos metemos en un jerguenal tremendo, espinas por todas partes. "Esto es bueno para la circulación", bromeaba Sebastián. "Sesión de acupuntura gratis", le ayudo yo.
Al final alcanzamos una charca del río realmente fabulosa, entre unos paisajes indescriptibles. Allí, junto al remanso, preparamos el almuerzo. Dos botellas de vino tinto, jamón, queso de Zahara, salchichón, caña de lomo ibérico, aceitunas aliñadas por el propio Sebastián, un melón de su huerto (que dejamos convenientemente enfriar metido en el agua del río hasta que llegaba la hora del postre), dátiles rellenos de nueces... Un auténtico festín en el profundo reino rocoso de los buitres. Luego el paseo suave hasta el pueblo de El Colmenar. Llegamos a la central eléctrica, y luego a las calles del pueblo, entre pitadas de un tren que llegaba y otro que salía. Buscamos la casa de la hermana de Pablo. Subimos a la azotea. Nos prepara un té moruno, con menta y hierbabuena. Hay miel de la Sierra de Grazalema, nueces y castañas de la Serranía. Puesta de sol. Los ubriqueños nos despedimos del sevillano y la algecireña.
Vamos al coche. Subimos la carretera. Noche. Alcanzamos el otro coche, donde habíamos iniciado la ruta. Vuelta a Ubrique, entre la solitaria oscuridad de los alcornocales, por una de las carreteras más estrechas y recónditas que conozco. Paco ha puesto un CD de Bonnie M. "Sunny", "Daddy Cool", "The Rivers of Babylon"... Y afuera, los alcornoques, la oscuridad y un venado que se queda mirándonos al ser alumbrado por los faros del coche. Observándonos al paso por su "Lost Continent" privado. Al día siguiente, vuelvo a Granada...