3 de marzo de 2014

Los Reales de Sierra Bermeja y Genalguacil (Málaga)


El 22 de febrero de 2014, un grupo de senderistas de Ubrique y otras localidades realizaron una ruta en torno al pico de Los Reales, punto culminante de la Sierra Bermeja malagueña (1.449 m) entre los términos municipales de Estepona, en la Costa del Sol, y Genalguacil, en el Valle del Genal. Esta sierra, protegida parcialmente como paraje natural por la Junta de Andalucía, engloba una serie de importantes valores medioambientales, históricos y etnológicos. Destaca, por ejemplo, a nivel geológico por formar parte del mayor macizo de peridotitas del mundo, tipo de rocas ígneas procedentes del manto terrestre que, por su coloración tendente a los tonos rojizos, han dado el nombre de Bermeja a esta sierra (ya los andalusíes la llamaron en árabe Yabal al-Ahmar, o Montaña Roja). Y en la botánica, hay que resaltar la presencia de uno de los escasos bosques de pinsapos supervivientes en el mundo, junto a los de las sierras de Grazalema (Cádiz-Málaga) y Las Nieves (Málaga) en la península Ibérica, y los africanos del parque nacional de Talassemtane, en Marruecos. Otro atractivo de esta cumbre es su condición de privilegiado mirador. Nuestros amigos pudieron contemplar amplias vistas panorámicas que incluyen todo el arco mediterráneo desde Marbella hasta el Peñon de Gibraltar, Ceuta y toda la costa marroquí. Tambien observaron con buena visibilidad Sierra Nevada, la Sierra de las Nieves, la Sierra del Aljibe, el Castillo de Fátima (Ubrique), la Sierra de la Silla, el Tajo del Algarín y pueblos serranos como Cortes de la Frontera, Benalauria, etc.
Fueron siete personas: tres de Arcos de la Frontera (Juan Manuel Velázquez-Gaztelu Vecina, José María Pérez Gomez, hijo del historiador Pérez Regordan, y Francisco López Gutiérrez) y cuatro de Ubrique (Sebastián Hinojos Corrales, Jose María Mariscal Calvillo, José Francisco Canto Valenzuela y un muchacho que desea que su nombre no sea citado). Las personas de Arcos se volvieron por Estepona y los ubriqueños, antes de regresar a su localidad, hicieron una parada en Genalguacil en la tarde. Este pequeño pueblo malagueño se ha ido convirtiendo en los últimos años en un auténtico pueblo-museo de arte contemporáneo al aire libre, ya que en él se vienen organizando unos encuentros de artistas y las obras que realizan se quedan en diversos rincones del municipio decorando las calles y los lugares más insospechados. Merece la pena recorrer el blanco urbanismo de Genalguacil en busca de las esculturas, mosaicos, murales, fuentes, etc., que hacen al arte omnipresente en esta población. [Fotografías de José Francisco Canto Valenzuela]